Tal y como señalaba en el artículo o post de presentación, el uso continuado de internet a través de los ordenadores, tablets y smartphones, modifica la estructura del cerebro de los más pequeños. Y por supuesto, también la de los adultos.
Una de las principales características de nuestro cerebro es su enorme plasticidad, una realidad de la estamos comenzando a tomar conciencia. Esta plasticidad es la que permite que las estructuras cerebrales que antes se creían fijas y estáticas, sean capaces de modificarse a sí mismas para dar respuesta a las nuevas necesidades o circunstancias. Estas modificaciones son importantes, y se producen a escala física. Cada vez que desarrollamos una nueva capacidad, o aprendemos una nueva habilidad, se producen sinapsis nuevas entre las neuronas, se engrosan y refuerzan unas conexiones, e incluso se fijan nuevas neuronas. Sí: nuevas neuronas. Si usted estudió en la universidad a comienzos de los años ´90, como es mi caso, muy probablemente le enseñaran que las neuronas no se reproducen. En teoría nacíamos con unos 100.000 millones de neuronas que iban muriendo día a día, pero no se reproducían. Pues bien, hoy sabemos que esto no es cierto, tal y como comentaré en otro artículo. Baste señalar por ahora que se ha podido comprobar cómo la fijación de neuronas nuevas se está produciendo principalmente en el hipocampo, la zona responsable precisamente de la grabación de nuevos hechos. Es más, los estudios realizados por diversos neurocientíficos ya están permitiendo determinar incluso los motivos por los que algunas neuronas nuevas consiguen integrarse en la red neuronal, y otras sin embargo mueren y no son aprovechadas.
Tal y como iremos comentando, diversos estudios están profundizando en el estudio de estos cambios. Creo que es buena idea comenzar por los realizados ya en 2008 por Gary Small, catedrático de Psiquiatría de la UCLA y director del Centro de Memoria y Envejecimiento, según el cual el uso diario de los medios informáticos “estimula la alteración de las células cerebrales y la liberación de neurotransmisores, fortaleciendo gradualmente nuevas vías neuronales al mismo tiempo que debilita las viejas”.
Small y su equipo realizaron los primeros experimentos con dos grupos de control. Por un lado seleccionaron a usuarios experimentados en el uso de internet, y por otra parte a personas que se estaban iniciando. Escanearon sus cerebros mientras realizaban búsquedas en Google, y observaron cómo la actividad de los usuarios experimentados era mucho mayor que la de los usuarios noveles. Esta actividad era especialmente alta en la corteza prefrontal dorsolateral, y apenas perceptible en los noveles.
Durante la semana siguiente, se entrenó al grupo de nuevos usuarios haciéndoles utilizar la herramienta una hora diaria. Los resultados fueron sorprendentes: cinco días después de iniciada la práctica, los noveles ya estaban desarrollando los circuitos establecidos en dicha corteza prefrontal dorsolateral. La corteza prefontal está asociada con la toma de decisiones y la resolución de problemas.
Esta es la primera conclusión a la que llegamos: el uso diario de herramientas digitales como los buscadores, estimula de manera importante el trabajo de zonas cerebrales dedicadas a la toma de decisiones y la resolución de problemas. Estas zonas apenas se activan en las personas que no utilizan habitualmente dichas herramientas digitales.
Como veremos más adelante, diversos estudios realizados sobre la forma en que leemos en internet, ponen de manifiesto cómo estamos modificando nuestra forma de leer y asimilar la información que recibimos a partir de la lectura. Y esto no es la primera vez que sucede. La invención de la escritura también modificó de forma muy importante nuestra forma de percibir y procesar la información. De hecho, Sócrates rechazaba la escritura frente a la cultura oral, y afirmaba que la aparición de la escritura amenazaba con convertirnos en pensadores superficiales, menos sabios y menos felices. Sócrates se equivocaba, evidentemente, al pensar que la memorización de textos a la que sometía a sus alumnos les hacía más inteligentes. Pero, como también veremos, fue muy importante así mismo el paso de la lectura en voz alta a la lectura en silencio (de la que nos habla sorprendido San Agustín alrededor del año 380). Y muy importante otra vez el paso de la escritura seguida, a la escritura con las palabras separadas y con signos de puntuación como los puntos y las comas. En efecto, hasta la Alta Edad Media la escritura era una agotadora secuencia de letras sin separación alguna. Todos estos cambios supusieron una evolución que modificó la estructura de nuestros cerebros, que tuvieron que adaptarse a las nuevas necesidades.
Pero, y esta es la siguiente pregunta que debemos plantearnos: ¿Qué la lectura se produzca activando constantemente los circuitos dedicados a la toma de decisiones es conveniente? ¿Procesamos y memorizamos la información de la misma manera? Este será el tema de otro artículo, pues antes tendremos que tratar otras modificaciones que se están produciendo a nivel cerebral en los nativos digitales, y también en muchos adultos.
- Shorts, T.J., “Saving new brain cells”, en Scientific American, 300, 2009. Pág 46-52.
- Michael Merzenich, “Going Googly”, blog On the Brain, 11 de agosto de 2008.
- Gary Small, Gigi Vorgan, “iBrain: Surviving the Technological Alteration of the Modern Mind”, Nueva York, Collins, 2008.
Ineresante información, que deja abiertas distintas áreas de debate sobre un tema de máxima actualidad. Veremos que nos deparan los próximos artículos
Muchas gracias. Estoy seguro de que según vayamos profundizando en el tema iremos viendo cuestiones cada vez más importantes, e iremos sacando finalmente conclusiones prácticas. El tema es complicado, pero personalmente me parece apasionante ¡!
Un saludo.
En la Clínica de Memoria hasta ahora sólo hemos desarrollado terapias para el DCL, pero nuestro siguiente proyecto son crear nuevas terapias para tratar el TDAH, ya que además se considera que está aumentando su diagnóstico en los centros escolares. Una de las cuestiones que también mantenemos es que posiblemente el cerebro está trabajando de otra forma con las NN.TT. y eso provoca que sea más difícil que un alumno pueda mantener la atención.