Niños, tablets y smartphones: ¿Cuánto más tarde mejor?

Father with daughter playing on digital tablet

El fenómeno de la conectividad móvil, y la expansión de los teléfonos inteligentes y tablets, está teniendo como protagonistas de primera línea a los niños y adolescentes. No se trata sólo de los regalos más demandados en cumpleaños, Primeras Comuniones o fiestas navideñas, sino que han pasado a protagonizar una buena parte del tiempo de ocio entre los más pequeños. Son muchos los que acceden desde los terminales de sus propios padres, que ya tienen instaladas aplicaciones –Apps- de juegos, de programas de televisión o de dibujo y fotografía para atender la demanda sus hijos.

Este fenómeno tiene también una especial incidencia en España, donde la penetración de los teléfonos inteligentes, o smartphones, es la mayor de Europa. Así, mientras la media en países europeos como Inglaterra, Italia, Francia o Alemania es del 57%, en España alcanza ya el 66%. Las tablets están cogiendo fuerza, con aproximadamente 7 millones de unidades vendidas en 2013 en España. A estas circunstancias podríamos añadir que España también es uno de los principales países en despliegue y utilización de las redes sociales, ya que se estima que el 93% de los internautas españoles accede a las mismas. No obstante, este fenómeno se encuentra en plena convulsión, ya que entre los niños y adolescentes el uso de las redes sociales “clásicas” como TUENTI o FACEBOOK está en descenso (muy acusado en el caso de la primera), mientras crecen rápidamente las redes sociales móviles improvisadas a partir del uso de los sistemas de mensajería instantánea tipo WhatsApp.

La expansión de la conectividad móvil está teniendo dos consecuencias directas que afectan a los niños, a sus padres, y por tanto a toda la sociedad en su conjunto:

  • EL DESCENSO EN LA EDAD DE INICIO: El acceso a las Tecnologías de la Información y la Comunicación –TIC- se está produciendo a edades cada vez más tempranas. El 30% de los niños/as españoles de 10 años de edad tiene un teléfono móvil. A los 12 años, casi el 70% dispone ya de este tipo de tecnología, y a los 14 nada menos que el 83%. Pero lo cierto es que la edad de inicio en su uso es mucho más temprana. Los niños de 2 y 3 años de edad acceden de forma habitual a los terminales de sus padres, manejando diversas aplicaciones, principalmente juegos, aplicaciones para pintar o colorear y cadenas de televisión que ofrecen series infantiles a través de estos dispositivos. Algunos de estos niños ya recorren Youtube saltando de vídeo en vídeo, o repasan de una en una las fotografías que sus padres tienen en sus galerías de fotos. Este hecho debe ser entendido como una verdadera oportunidad para la educación de los más pequeños, aunque puede tener serias consecuencias cuando se produce sin la supervisión o atención de los padres y madres.
  • LA CONECTIVIDAD PERMANENTE: Entre los niños y adolescentes que manejan las TIC ha desaparecido la expresión “hasta mañana”. El contacto, los comentarios y el flujo de información entre unos y otros no cesa en ningún momento del día. Sólo durante el sueño se interrumpe la conexión, y esto entre aquellos que no optan por cambiar horas de sueño por más horas de internet. La conexión permanente parece satisfacer la enorme necesidad de contacto constante con sus iguales, pero puede también acaparar la mayor parte de su tiempo en detrimento de otras formas de relación o de ocio. Así mismo, fenómenos como el ciberbullying, o acoso escolar en internet, están viviendo un rebrote y una redefinición. El acoso puede ahora producirse de forma ininterrumpida, ya que el menor puede ser increpado, insultado o amenazado durante la mayor parte de las horas del día, sin necesidad de estar cerca del ordenador de mesa que pudiera tener en su casa.

Esta nueva situación plantea una verdadera oportunidad. El acceso de los menores a internet en edades cercanas a los 13-14 años, ha hecho muy difícil hasta ahora la interacción entre padres e hijos en relación a las TIC. Los adolescentes de dichas edades son muy reacios a permitir que sus padres accedan a su perfiles en las redes sociales, les aconsejen sobre sus conversaciones, o vean las fotos que van a colgar antes de que lo hagan… Durante la adolescencia el peso del grupo de iguales es cada vez mayor, y el distanciamiento de los padres se hace notable. La conectividad móvil, al bajar tanto la edad de inicio, está permitiendo que accedan a internet y las TIC en general niños más pequeños. Los niños y niñas de estas edades, interactúan mucho con sus padres, y son especialmente receptivos a los consejos y recomendaciones de sus mayores. Aprenden mucho mediante el juego, y además les gusta jugar con sus mayores, mostrarles lo que saben hacer, lo que han descubierto, el vídeo que han visto o el nivel que han alcanzado en determinado juego. Así pues, los nuevos terminales móviles permiten a los padres de los niños más pequeños realizar una verdadera labor educativa. Sentarse con ellos, practicar e incluso aprender a su lado, permitirá iniciarles en el manejo de las TIC como si de un juego se tratase, abordando cuestiones como el tipo de fotos, la privacidad, el respeto a los demás y otras de forma natural y sin conflicto.

Así pues, cuando nos planteamos “¿Cuál es la edad de inicio para el uso de las TIC?, ¿A qué edad debe un niño/a manejar una tablet o el smartphone de sus padres?”, la respuesta es muy clara: A UNA EDAD TEMPRANA, siempre y cuando esto suceda con el acompañamiento de sus padres y éstos estén decididamente implicados en su formación. Y no se trata sólo de estar delante, hay que interactuar y compartir las primeras experiencias con ellos.

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