4. ADQUIRIR CONTROL SOBRE SÍ MISMOS
Internet permite también una forma de relación más reflexiva. Como señalaba en el artículo “Facebook estudia lo que borramos y no llegamos a publicar”: el 71% de los usuarios de la red social autocensura o corrige los mensajes que va enviar antes de enviarlos, o corrige lo que va comentar sobre una foto determinada antes de hacerlo. Tal y como afirman los propios menores: “mucha gente se piensa más las cosas en internet”. Y entre los más jóvenes, la autocensura sobre los comentarios de las fotos son aun más frecuentes que entre los adultos.
Pero todo esto no es algo que suceda únicamente en internet, o que sea especialmente propiciado por esta tecnología, sino que es una de las principales diferencias entre la expresión oral y la expresión escrita. Todas las formas de expresión escrita requieren de una mayor reflexión, la propician y la facilitan. De lo que decimos oralmente podemos arrepentirnos con más frecuencia… La expresión escrita: los artículos de los periódicos, los libros, las redacciones de clase, los blogs, los perfiles en las redes sociales, etc, requieren y permiten ejercer un mayor control sobre uno mismo, sobre lo que pensamos y sobre lo que decimos.
5. REFORZAR Y CREAR VÍNCULOS
Acabo de leer las declaraciones de un “experto” que no nombraré, que afirma sin tapujos que: “las redes sociales entre los adolescentes conducen sobre todo a la soledad y a la depresión…”. Y la verdad es que no puedo estar más en desacuerdo con tal afirmación.
Para empezar creo que hay que poner de manifiesto que las redes sociales en internet han servido de gran ayuda, y de forma patente, a quienes más problemas tienen para relacionarse. Muchos adolescentes han encontrado precisamente en internet el sitio que les ha permitido superar la soledad y no caer en la depresión. Muchos han descubierto que no eran los únicos “raritos”, los únicos a los que les gustaba tal o cual cosa, los únicos con una determinada tendencia, etc, etc. Es mucho más fácil encontrarse sólo en un aula donde tus compañeros te rechazan, o en unos grandes almacenes abarrotados de gente que no conoces, que charlando en internet con tranquilidad con otra persona.
Pero al margen de aquellos que gracias a internet han podido conocer a gente y relacionarse sin ser rechazados por su timidez, por su aspecto físico, por no vestir a la moda, o por cientos de razones más, hay que poner de manifiesto también que si algo está permitiendo internet es la continuidad en las relaciones, su refuerzo, la desaparición de la soledad y, en definitiva, el contacto permanente ¿Se imaginan los confinamientos por COVID sin conexión a internet?
Entre los menores de hoy ha desaparecido la expresión “hasta mañana”. Están constantemente en contacto con los suyos: en la calle, en el autobús, los fines de semana, en vacaciones, durante el día, durante la noche… ¿soledad…? Je, je…
Recuerdo que, en mi adolescencia, cuando terminábamos las clases perdíamos el contacto con nuestros amigos y compañeros hasta el día siguiente. A la mayoría no los veíamos tampoco durante el fin de semana, y cuando llegaban las vacaciones de verano, Semana Santa o Navidad, literalmente desaparecíamos los unos para los otros. Recuerdo que en verano recibía alguna carta, y enviaba alguna otra, y los christmas en Navidad, pero poco más. No había forma de ponerse en contacto los unos con los otros. El teléfono era un problema, ya que en la mayoría de las casas sólo nos dejaban llamar para preguntar por los deberes si habíamos faltado a clase. Llamar costaba más dinero que hoy en día, y los padres consideraban que el teléfono era “para cosas importantes” o “para urgencias”, así que nada de llamar para charlar. Los padres de un amigo mío incluso habían colocado un pequeño candado en el teléfono para que él y sus hermanas no aprovechasen para llamar los momentos en los que no estaban los padres en casa… Por otro lado, el teléfono estaba unido a la pared por un cable, y poco podías separarte del mismo. Si además estaba situado en el salón, tener un poco de intimidad era algo casi imposible (¡!) Lo recuerdo muy bien 😉
Esta generación de niños y adolescentes es mucho más social y está en contacto constante con sus iguales. Cuando a uno le sucede algo, se le ocurre una idea original (o una chorrada) o está en un sitio chulo, al momento lo saben todos los demás. Cada usuario de WhatsApp envía una media de 42 mensajes diarios, recibe otros 75 mensajes, y adjunta fotos a diario. Creo que la mayoría de los adultos sabemos también perfectamente de lo que estamos hablando. Y al margen de WhatsApp están los correos electrónicos, los mensajes en las redes sociales, etc…
Las tecnologías de la información y la comunicación tienen sus aspectos negativos, como veremos también al hablar sobre este tema, pero desde luego no son las responsables de la soledad o la depresión en la que puedan vivir algunas personas. Si algo están haciendo, sin lugar a dudas, es reforzar vínculos ya existentes y generar vínculos nuevos.
Seguiremos con este tema.
Mi opinión acerca de los aspectos negativos que pueden tener las tecnologías en adolescentes es que su uso excesivo puede generar dolores físicos como espalda, cabeza, pérdida de visión al estar tantas horas al contacto con las pantallas vosotros que opináis?, Estoy de acuerdo con que gracias a internet las personas que en algún momento de sus vidas se hayan sentido solas, han encontrado una gran ayuda para poder relacionarse y que a lo mejor esas personas con las que se chatea también tenían el mismo problema y se han podido ayudar mutuamente, hoy en día existen muchas aplicaciones.