Cuidado con la tablet o el smartphone en el cuarto de baño

La relación de los menores con la webcam del ordenador no siempre es inofensiva, y puede conllevar más de un quebradero de cabeza. En la mayoría de los casos la webcam aparece ya integrada en los portátiles que permanecen todo el día presidiendo los escritorios de sus habitaciones. Este pequeño agujerito en la parte superior del ordenador, que muchos aun no utilizan, puede convertirse en uno de sus mayores problemas…

En los talleres que realizamos en centros escolares, nos encontramos en ocasiones con adolescentes que afirman utilizar la webcam como “herramienta de seguridad”. Cuando les preguntamos por esta cuestión, la respuesta suele ser la misma: “me permite chatear con alguien siendo consciente de que es quien dice ser. O al menos que es cómo dice ser… Si aparece un señor de 45 años diciendo que es una chica de mi edad lo veo enseguida”. Con todos sus conocimientos de nativos digitales, muchos menores no saben que en internet circulan programillas que permiten grabar las imágenes obtenidas por la cámara y revertirlas en la conversación siguiente. Es decir: un señor de 45 años podría chatear con una niña de 13 años haciéndose pasar por un menor con su webcam estropeada. Podría grabar fácilmente las imágenes de la niña tecleando y saludando. Después repetiría la misma operación con un adolescente de 14 años, pero en esta ocasión le proyectaría el vídeo grabado anteriormente, de tal forma que este menor estaría viendo en su monitor a una niña de 13 años… Así es: lejos de ser una herramienta de seguridad, la webcam puede ser utilizada para engañar a alguien.

Pero otras denuncias que se reciben en relación al uso de esta herramienta no han sido generadas por esta situación, sino por otra al menos tan preocupante: la activación de la webcam por remoto, desde otro ordenador y sin que el usuario lo sepa. No nos cansamos de explicárselo a los adolescentes en los colegios: cuando abres un correo de un desconocido con un archivo adjunto, o cuando utilizas un programa de p2p para piratear música o películas, puedes estar descargándote al mismo tiempo un virus, un troyano que se autoinstala en tu ordenador y puede permitir a otra persona, desde otro ordenador de cualquier sitio del mundo, activar cuando lo desee tu cámara web sin que puedas detectarlo.

Muchos y muchas adolescentes entran en el baño, colocan la tablet o el móvil sobre el lavabo y escuchan la música que se han descargado al mismo tiempo que se duchan o se asean. Y hacen todo esto con naturalidad, y sin riesgo en la mayoría de las ocasiones (no seamos paranoicos), pero no todos tienen la misma suerte. Algunos ya se han descargado algo que no debían, tal vez una aplicación –app- en un sitio poco recomendable y fuera de los markets habituales… y pueden estar siendo grabados sin saberlo. Luego esas imágenes circulan por internet. En ocasiones puede llegarles además un mensaje de alguien que dice haberles grabado, y cuyo objetivo es chantajearles para obtener nuevas imágenes más fuertes o verles en persona. Lo que surge después es un verdadero infierno. En otras ocasiones esta grabación no se ha producido, pero se pide dinero al usuario para no difundirlas… también es un tipo de estafa habitual.

Pero hemos de saber que este tipo de situaciones son fácilmente evitables respetando unas pocas normas básicas:

1º. La webcam debería permanecer tapada. Si se trata de una tablet o un smartphone basta con poner sobre la cámara una pequeña pegatina.

Si concienciamos a los menores para que respeten esto nos evitaremos posibles problemas al respecto. Además, esta es una buena forma de recordar de forma recurrente a los menores que deben tener cuidado con las imágenes que obtienen con sus cámaras, y que un terminal móvil puede no ser alto tan seguro y privado como ellos pudieran pensar.

Pero si queremos curarnos en salud, hay otra norma que debe sopesarse:

2º. Los terminales con cámara no deben entrar en el cuarto de baño, o en aquellos sitios en los que el adolescente vaya a permanecer con la puerta cerrada.

La práctica del sexting no es algo ni mucho menos generalizado, pero los medios de comunicación nos recuerdan de vez en cuando lo que sucede cuando un menor, chico o chica, se hace una foto íntima y se la envía a su novio/a… Esa imagen, normalmente obtenida en el cuarto de baño o en el dormitorio, puede terminar en los dispositivos de la mitad de los alumnos/as del instituto en cuestión de 24 horas, como ya ha sucedido.

Y, evidentemente, lo primero que hemos de plantearnos es la EDUCACIÓN y la PREVENCIÓN:

3º. Hable con sus hijos o alumnos. Explíqueles los riesgos y propóngales las formas más lógicas y sencillas de evitarlos.

4º. Procure que tengan siempre un ANTIVIRUS instalado en sus terminales móviles. Esto es ya algo básico y necesario.

5º. Adviértales sobre la necesidad de leer las condiciones de uso de las aplicaciones que quieren descargarse, y a desconfiar de aquellas que se distribuyen fuera de los canales originales.

6º. Eviten la descarga de aplicaciones o archivos a través del escaneo de códigos QR, si no tienen muy clara la fuente y autoría de los mismos. Detrás de un código QR que encontramos pegado en una farola puede esperarnos una desagradable sorpresa.

En definitiva: tapar la webcam es un gesto muy sencillo, que se interioriza con facilidad, y que puede evitar disgustos tanto a los menores como a los adultos.

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