El estrés generado por el uso constante de las distintas herramientas digitales repercute en la salud, las relaciones personales y los resultados académicos de niños y adolescentes de todas las edades. Con los confinamientos y la formación online este problema está alcanzando su máxima expresión. A las horas de formación hemos de añadir el tiempo dedicado después a la realización de tareas escolares y, por supuesto, las horas de ocio digital.
¿Qué es el ESTRÉS DIGITAL?
Denominamos ESTRÉS DIGITAL al conjunto de reacciones que se producen en el organismo ante una situación de tensión física y/o emocional, generada por el uso indiscriminado de los entornos digitales.
¿Cómo repercute en los estudiantes?
Si el alumno no sabe cómo afrontarlo, el estrés tiene una repercusión directa en el rendimiento escolar: en primer lugar, el exceso de ADRENALINA y NORADRENALINA impide que el alumno pueda centrar su atención, dificultando el aprendizaje. El posterior exceso de CORTISOL actúa sobre el hipocampo, dificultando la memorización y la recuperación de la información. Y, por último, en estas situaciones la AMÍGDALA toma el control de las decisiones, que se vuelven mucho más emocionales y menos reflexivas.
El papel de los estresores
Denominamos estresores a los estímulos, condiciones o situaciones que generan estrés. En el caso del ESTRÉS DIGITAL, se han identificado algunos importantes y bastante generalizados:
- LA CONECTIVIDAD PERMANENTE.
- LA FALSA MULTITAREA.
- MIEDOS Y FOBIAS ASOCIADOS: NOMOFOBIA, FOMO (Fear Of Missing Out), etc.
- PENSAMIENTOS IRRACIONALES Y DE FRACASO ANTICIPADO asociado al móvil.
Estos estresores llevan a niños y adolescentes a prestar una atención continua a su smartphone o a su tablet, sin llegar a desconectar mentalmente en ningún momento. Se sienten en la necesidad de comprobar sus estados cada pocos minutos y contestar a cientos de mensajes diarios, ver y valorar fotos y vídeos (likes), crear contenidos propios, etc.
Todos los alumnos/as van a experimentar estrés a lo largo de su vida académica. Podemos prepararlos para aprovechar las reacciones de su organismo, que les ayudan a optimizar su rendimiento escolar, al mismo tiempo que los protegemos del estrés crónico.
Cómo podemos actuar
Desde las familias y desde los centros escolares podemos hacer mucho para ayudar a niños y adolescentes a prevenir, identificar y afrontar el ESTRÉS DIGITAL.
Si lo que buscamos es efectividad, debemos centrar nuestro trabajo sobre 3 líneas de actuación, que pueden desarrollarse en paralelo:
- APROVECHAR EL ESTRÉS DE BAJA Y MEDIA INTENSIDAD. La realidad es que nuestro rendimiento aumenta bajo cierta presión, y esto los alumnos deben saberlo e interiorizarlo. Aprovechar las reacciones de nuestro organismo durante las primeras fases de estrés, puede mejorar nuestra efectividad hasta en un 33%.
- ACTUAR SOBRE LOS ESTRESORES. Una vez identificados los estresores anteriormente señalados, podemos trabajar sobre ellos para reducir su impacto al mínimo. Sencillas pautas nos permiten trabajar sobre cada uno de ellos.
- FORTALECERSE ANTE EL ESTRÉS CRÓNICO O DE ALTA INTENSIDAD. En ocasiones, el estrés puede llegar a prologarse demasiado en el tiempo, generando una situación difícil de controlar: el ESTRÉS CRÓNICO. En esta situación la adrenalina y el cortisol de los que hemos hablado, pueden terminar generando importantes problemas y dificultando al máximo el desarrollo del trabajo escolar y de los exámenes. Pero es posible hacerse mucho más resistente al estrés, e impedir que llegue a convertirse en estrés crónico. Las pautas también son fáciles de aplicar.
Pero ¿Por dónde empezamos? ¿Qué pautas concretas debemos aplicar?
Todas las respuestas en: www.estresdigital.es
DESCARGA Dossier informativo: “Cómo reducir el impacto del ESTRÉS DIGITAL en el alumnado”.