El sesgo de anclaje condiciona las decisiones que tomas sobre tus hijos. ¿Sabes cómo funciona?

Se trata de un sesgo cognitivo, es decir, uno de los atajos o simplificaciones que hace nuestro cerebro para que la vida nos resulte más sencilla. Cuanto más sencillo parezca todo mejor. El problema es que la vida realmente no es tan simple, y está llena de matices y situaciones complejas, que requieren respuestas específicas. Los sesgos nos llevan a sacar conclusiones erróneas en muchas ocasiones.

El sesgo de anclaje, pone de manifiesto que normalmente tomamos decisiones en función de un ancla. Es decir, en función de una primera información recibida o propuesta que alguien nos ha hecho.

Por ejemplo, si alguien dice: «ponemos 20 euros cada uno para hacer un regalo», esa será la cifra que tendrán todos en mente. Unos dirán que les parece mucho y que mejor poner 15 euros, y a otros les parecerá poco y propondrán 25 euros. Pero la cifra de 20 euros ha quedado como referencia. Si el primero en hablar hubiera propuesto 30 euros cada uno, los que creen que es mucho dirían que mejor 20 o 25. ¡¡Por eso es tan importante ser el primero en hacer una propuesta!! Los demás la tomarán como referencia.

Pues bien, cuando vemos un videojuego, red social, u otra aplicación para valorar si es apta para nuestros hijos, tomamos como referencia la edad que aparece en la aplicación o en la carátula del videojuego. Pero esto es un error. Lo que quiere decir, es que NO está recomendada para menores de esa edad, pero eso no implica que SÍ esté recomendada para los demás. Ese es el verdadero significado de la clasificación. Un ejemplo: que el alcohol NO esté recomendado para menores de 18 años, no quiere decir que SÍ esté recomendado para los mayores de esa edad. Esta aclaración es muy importante, y debería hacerse.

Esas cifras sirven de anclaje, y tendemos a pensar que a partir de esa edad ya resulta inofensivo, y no es así. Al margen, hay otra cuestión IMPORTANTE:

En Europa, los videojuegos y cualquier software interactivo es clasificado en función del Código PEGI. Es ese recuadro que podemos ver con una cifra o edad, que aparece como referencia. Se hace atendiendo a unos criterios que tienen que ver con el nivel de violencia, sexo, vocabulario empleado y otra serie de criterios.

Veamos algunos ejemplos:

  • Cuando aparece el número 7, quiere decir que puede contener escenas o sonidos que pueden asustar a los niños más pequeños de esa edad. Pero eso no quiere decir que no pueda afectar a niños de más edad…
  • Cuando aparece el número 12, quiere decir que ya pueden aparecer insinuaciones sexuales o que las posturas sexuales pueden estar presentes, mientras que las palabras malsonantes en esta categoría “deben ser suaves”.
  • Cuando aparece el 16, quiere decir que la representación de la violencia, o la actividad sexual, alcanza un nivel que se asemeja al de la vida real. El uso de palabras malsonantes puede ser más extremo, y además los juegos de azar, el uso de tabaco, alcohol o drogas ilegales también pueden estar ya presentes.

Cuidado por lo tanto con el sesgo de anclaje. Que una entidad utilice una edad determinada de referencia, nos lleva a pensar que es un contenido inofensivo a partir de esa edad, y NO es necesariamente así. Es más, tampoco tiene por qué coincidir con los criterios de cada persona o familia, ya que algunas personas consideran asumibles niveles de violencia que otras personas no, por ejemplo.

Utilice sus propios criterios, y verifique si las aplicaciones que van a utilizar sus hijos responden realmente a sus valores como madre o padre.

Guillermo Cánovas

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